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Educadores que dejan huellas: ¡Feliz Día del Maestro!

Con 12 años de servicio en el sistema educativo, Zenaida López, es una docente con una profunda vocación por enseñar, oriunda del corregimiento de El Cocal, distrito de Las Tablas, provincia de Los Santos, ha trabajado en diversas regiones del país, muchas veces lejos de su familia y amistades, emprendiendo una nueva aventura cada vez que era nombrada bajo la condición THFA. Hoy, gracias a su esfuerzo y perseverancia, labora en condición permanente en el CEBG José Gabriel Duque.

Zenaida recuerda que su trayectoria inició en Puerto Vidal, provincia de Veraguas, donde trabajó durante tres meses con licencia sin sueldo. Más tarde aplicó en línea y fue nombrada en la Escuela Tomás Herrera, donde culminó ese año escolar.

La experiencia la motivó a continuar y, al siguiente año, aplicó para la provincia de Darién. Fue asignada como número uno en el Colegio Marcos Medina Ámbulo, ubicado en el distrito de Chepigana, corregimiento de Jaqué. Allí laboró durante cuatro años, enfrentando grandes retos debido al difícil acceso al área.

Relata que cada traslado era una travesía: “Soy de Las Tablas y, para llegar a Jaqué, tenía que viajar cuatro horas hasta Panamá, luego cinco horas hasta Darién y, desde allí, trasladarme a Puerto Quimba, donde la lancha del Senafront nos llevaba en un recorrido de seis horas. Pasábamos por la desembocadura del río, una zona muy peligrosa. Finalmente, opté por viajar por aire, que tomaba 45 minutos”.

Pese a las dificultades, Zenaida nunca perdió la motivación: “Me encanta educar, y por eso hacía estos sacrificios. A mi familia la veía cada tres meses, mis niñas estaban muy pequeñas. Gracias a Dios, mi matrimonio se ha mantenido firme; mi esposo ha sido un gran padre y juntos hemos salido adelante”.

Después de esa experiencia, fue trasladada a la escuela donde hoy imparte clases, en la que ya acumula ocho años de servicio.

Su mensaje para los educadores es claro y sentido: “Si aman esta profesión, háganlo con amor, no por el salario. Háganlo por los estudiantes, que siempre nos necesitan, igual que nuestras propias familias. Sigan adelante y esfuércense. Esta labor lo vale”.

Su impacto como maestra queda reflejado en las voces de quienes han aprendido de ella. Es el caso del estudiante de cuarto grado, Javier Guerra Fuentes, quien expresó: “ella, Zenaida, fue mi primera maestra desde kínder hasta tercer grado. Siempre me apoyó en mis tareas, es amable, divertida y me gustaba su carácter. La amo mucho”.

Por su parte, Sabina Elizabeth Jaramillo, quien tiene 25 años de servicio en el CEBG José Gabriel Duque, la describe como una docente dinámica, colaboradora, empoderada con sus estudiantes, dedicada.

Un verdadero docente con vocación debe ser entregado, debe de poner todo de su parte para lograr que el estudiante salga adelante, independientemente de todas sus necesidades, debe tener entrega, paciencia y amor.